Memoria Oculta es el primer documental de Eva Villaseñor, una joven cineasta formada en el Centro de Capacitación Cinematográfica, este mediometraje de sesenta minutos se presentó en la sección pulsos del Festival Ambulante, además de ser un producto audiovisual que puede ser visto por miles de personas, es un documento íntimo de búsqueda personal para la autora. Eva, quien en su primera producción se encargó de la dirección, la edición, la fotografía y el guión, se arriesga a mostrarnos, con una estética hermosa una parte difícil de un momento específico de su vida.
El argumento del documental es bastante simple y profundo a la vez, lo que vemos en pantalla son tres entrevistas realizadas a personas involucradas de manera directa con la directora, ellos son: Fernanda, una amiga de Eva, Miguel, hermano de Eva y la madre de la directora. A través de estas entrevistas nos vamos enterando del momento tan difícil que vivió Eva hace ocho años cuando de un momento a otro pierde la memoria y parte de su cordura con ella.
La estructura del audiovisual es sumamente interesante, en varios niveles de lectura, por un lado tenemos estas tres personas entrevistadas, de manera que la historia va hilando nuevos componentes de crudeza y honestidad por parte de cada uno de los entrevistados. Por otro lado este documental intimista, que nace de la motivación de búsqueda personal por un pasado que había permanecido oculto, tiene una característica sumamente peculiar, esto es, el espacio y estilo creado por la autora, ya que todas las entrevistas tienen una perspectiva frontal y directa pero también de alejamiento –y obstaculización (una mesa, o una pared en medio)- lo cual podría parecer que crea un distanciamiento con el espectador, sin embargo, esto es reflejo del sentir de la autora hacía lo que pudiese encontrar como respuesta en esta parte “perdida” de su vida. Vaya, la crudeza es tal que es imposible no sentirse envuelto en tal historia.
En otro nivel de lectura el documental es importante porque a la par que nos vamos enterando de los hechos ocurridos mientras Eva cursaba el primer año de la carrera de cinematografía en el CCC, estamos creando una empatía emocional con la directora y a la vez estamos emulando –claro, guardadas las distancias- la experiencia que ella tuvo al poner la cámara frente a estas personas y no saber que respuestas obtendría a lo largo de las entrevistas. Brillante.
La conclusión del mismo, es una composición visual, en el cual encontramos imágenes de archivo posteriores al suceso narrado a lo largo del metraje, en el cual el espectador observa una serie de imágenes, que bien puden ser abstracciones de lo más profundo del subconsciente, en donde confluyen tanto naturaleza muerta –recordemos el pez en el lago- un grito estridente que cala los huesos o una sombra hermosa que juega a encontrarse a sí misma como un reflejo de su espíritu. Una especie de metarrelato creado para condensar las experiencias y las emociones a las que el espectador pudiese enfrentarse.
Para Eva, este documental representa llenar un vacío en su vida a través de superposiciones vivenciales, que no es otra cosa más que apropiarse de las experiencias de los entrevistados para llenar un hueco en el que su vida estuvo al borde del precipicio – o acaso cayendo del precipicio-, para nosotros no sólo nos habla de su experiencia sino también de la manera en que un individuo de la sociedad puede ser visto, y como reflexionar sobre estas experiencias al final puede ser vital para entendernos y comprendernos como sociedad.